En cuanto cae la tarde y acaba el estudio, los chicos se reúnen en la calle Pàl. Es su calle, un lugar en el que el juego tiene normas propias, que requieren compromiso y dedicación. Sus principios se verán cuestionados cuando la temible banda del Jardín Botánico pretenda apoderarse de su territorio. Entonces, liderados por Boka y solo gracias al coraje del pequeño Nemecsek, sabrán defenderse. Será el punto decisivo para unos ideales en los que la amistad, la traición, la lealtad y el respeto se viven con una intensidad admirable. Y así, el espacio de juego donde los niños invierten toda su energía se transforma en una escuela en la que aprenden a afrontar la realidad de la vida.